mesa informativa en Tenerife POBREZA CERO
Aquí os dejo unas fotos de la mesa informativa de Pobreza Cero - Rebelate Contra La Pobreza de Santa Cruz de Tenerife.
Desde aquí nuestro reconocimiento a la labor de todos los voluntari@s y organizaciones que SE HAN REBELADO CONTRA LA POBREZA
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No debemos olvidar que, el comercio, por ser libre, voluntario, es justo. Cuando cualquiera de las condiciones viene impuesta desde fuera de los contratantes, entonces no es que estemos hablando de comercio injusto, sino que en realidad no hay comercio alguno en ese acto, sino coacción.
La transferencia forzada de propiedad monetaria de los bolsillos del ciudadano de las naciones prósperas a los bolsillos de los caciques del Tercer Mundo, por la fuerza coactiva del poder político de turno, sólo lleva, como 60 años de “solidaridad” nos demuestran, a la dictadura y a la miseria (y es que “Antes que la caridad está la justicia”, y de justicia es desembarazar de cadenas y barreras artificiosas y perversas a los empobrecidos por políticas, doctrinas, religiones e ideologías totalitarias para permitirles sacar partido y provecho de las virtudes que portan como seres dignos, imaginativos, ingeniosos, capaces, libres y responsables de sus actos que son por su propia naturaleza).
Permitamos a los pobres del mundo beneficiarse del principal activo que comparte la Unión Europea: el comercio, a través del Mercado Común. Lo que nos sirve a nosotros para vivir en la abundancia, también les sirve a ellos. Es el mejor y legítimo medio (junto a la solidaridad de verdad, esto es, a las donaciones voluntarias de propiedad, y no a las "ayudas al desarrollo" que son meras meteduras de manos en los bolsillos de los ciudadanos indefensos por parte de los moralistas institucionalizados de éste siglo) para hacer eficientes y eficaces la búsqueda del máximo beneficio, de la máxima utilidad de los recursos, que son escasos, para todas las partes intervinientes.
Creo que el mejor ejemplo de ello puede serlo China o la India. Hasta hace poco millones de personas han llevado unas vidas homogéneas en la pobreza, para acabar muriendo uniformados en la miseria, tras vidas más cortas que largas, en esclavitud. Ahora siguen rompiéndose el lomo trabajando, pero parece que materialmente son menos pobres, y espiritualmente menos oprimidos y más esperanzados en su futuro y en sus capacidades humanas. Y todo esto empezó dejando comerciar a los paupérrimos agricultores chinos allá por 1978.
Me niego a aceptar que están condenados a vivir de la caridad. Se oye a menudo que África no ha salido de la pobreza por culpa del mercado. Yo creo que África no ha salido de la pobreza precisamente por que no le han permitido disfrutar del mercado, porque no ha llegado el comercio, porque no se les deja defender sus propiedades al modo occidental, esto es al modo europeo o norteamericano básicamente. De la misma manera que el nivel de vida aumentó para los españoles eliminando los aranceles internos, forjando un mercado nacional, globalizándose internamente, paso que se llevó a cabo posteriormente entre los miembros de la Unión, así los ciudadanos europeos debemos salir masivamente a manifestarnos para exigir a la nomenclatura que borre las fronteras y extienda la globalización panaeuropea al continente siituado a nuestro sur. Y que dejen de mantener, con las "ayudas al desarrollo"(que no salen sino de violentar la intimidad del trabajo de los curritos), a los dictadores y demás gobiernos pseudo democráticos que se encargan de acumular poder (despojándoles a los pobres su capacidad natural de querer y entender y de vender y competir en el mercado, de ser seres responsables, mayores de edad, no sujetos a tutela, como nos vienen demostrando últimamente los analfabetos y pauperrísimos clientes del Grammen Bank, en el que prestamista y prestatario salen ganando buscando cada uno su lucro partidista), obligándoles a pasar por el aro de la "autoridad" (y es que “El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Terrible es pensar en la existencia de un gobierno mundial que extienda sus déspotas políticas prepotentes de tutela del ser humano, con sus nefastas y probadas consecuencias, a todos los confines del planeta, de tal modo que no quede nación alguna independiente de ese Estado del Bienestar del que poder huir).