CHOCOLATE ANDINO
REFINADO EN SUIZA
El directivo resalta el apoyo recibido de Suiza, refiriéndose al último de los expertos que mediante la fundación Swisscontact llegó el año pasado para transmitirles sus conocimientos en manejo administrativo y mejoramiento de la calidad del chocolate.
Claro, Bernrain AG y Swisscontact conservan así el puente de comercio justo para favorecer a quienes en Bolivia producen la pepita de cacao que nos permite saborear la 'Comida de los dioses', respetando el comercio justo y el medioambiente.
REFINADO EN SUIZA
El paladar helvético saborea desde 1988 las bondades del primer cacao biológico certificado proveniente de la cooperativa boliviana El Ceibo.
Las firmas suizas Claro y Bernrain AG tienen mucho que ver con el crecimiento comercial y técnico de una provechosa aventura sobre la base del comercio justo.
Aquella bebida espumosa y energética que según una de las versiones históricas ofreciera el emperador azteca Moctezuma al español Hernán Cortés por considerarlo una reencarnación del dios Quetzalcoatl es hoy uno de los manjares apreciados por todos los mortales.
No importa si fue Cristóbal Colón, el propio Cortés o un monje quien llevó el 'xocolatl' a Europa. Hoy tiene identidad propia.
Después de establecerse en España y Francia en el siglo XV, el suizo Daniel Peter quiso, en el siglo XIX, darle textura cremosa mezclándolo con leche, pero tras ocho años de experimentos infructuosos cedió el paso a Henry Nestlé, quien después de combinar el chocolate con leche condensada azucarada inició la fama del chocolate helvético.
"Sabemos que el mejor chocolate se produce en Suiza", dice a swissinfo Edmundo Janco Mita, gerente de El Ceibo, que aglutina a 49 cooperativas agrícolas que proveen materia prima boliviana de alta calidad: el cacao en grano cultivado esencialmente en la zona de Alto Beni.
Apoyo suizo directo al productor desfavorecido
Fiel a su política de respaldo a los pequeños productores en el Sur, Claro les abre desde hace tres décadas canales a los mercados del Norte y fomenta proyectos social y ecológicamente sostenibles. Uno de ellos es El Ceibo. Fue creado en 1977 en Sapecho, Alto Beni, y ha recorrido mucho camino hasta instalarse, en 1985, en su centro de producción de chocolate en El Alto de La Paz.
Fiel a su política de respaldo a los pequeños productores en el Sur, Claro les abre desde hace tres décadas canales a los mercados del Norte y fomenta proyectos social y ecológicamente sostenibles. Uno de ellos es El Ceibo. Fue creado en 1977 en Sapecho, Alto Beni, y ha recorrido mucho camino hasta instalarse, en 1985, en su centro de producción de chocolate en El Alto de La Paz.
Con su lanzamiento de cacao en polvo y de manteca de cacao, en 1985, los miembros de El Ceibo, todos de origen indígena, se convirtieron en los primeros productores del mundo que lograron elaborar su cacao.
En 1987 optaron por la agricultura orgánica y apenas un año después obtenían el primer cacao biológico certificado del mundo exportado a Suiza. Claro Fair Trade tuvo mucho que ver en este adelanto y en el posterior lanzamiento del primer chocolate de comercio equitativo Mascao, en 1991.
"Hemos recibido importante apoyo de Claro en lo que se refiere al funcionamiento de nuestra industria", señala Janco Mita aludiendo a la asistencia recibida para el manejo apropiado de la maquinaria durante el proceso de fabricación.
La Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) tuvo también su aporte con voluntarios técnicos en la década de los 90, sobre todo en el manejo de la agricultura y el tratamiento del cacao.
El chocolate amargo y sus beneficiarios
Luego de ser mero exportador de materia prima y de convertirse en elaborador por cuenta propia, El Ceibo vende, por ejemplo a la empresa suiza Bernrain AG, cacao en grano, manteca de cacao y cacao en polvo, "porque casi un 80% de estos productos ya se procesa en La Paz", precisa el gerente de El Ceibo.
"Tomando en cuenta la calidad de nuestros productos aceptamos el reto de fabricar chocolate amargo con sabor intenso, con el 71% de cacao orgánico y otro chocolate, con el 85%. Son productos que llegan al consumidor europeo. E incluso ya tenemos un chocolate fino", añade entusiasmado Janco Mita.
Este horizonte prometedor significa una cifra de exportación anual superior a 1,5 millones de dólares, de los cuales 600.000 al mercado suizo, que beneficia unas 1.500 familias de las 49 cooperativas que trabajan con El Ceibo.
Swisscontact y chocolates El Cóndor
Es una empresa familiar que ha pasado de producir bombones y chocolatines caseros, en 1960, a una pequeña fábrica con un nicho en el mercado nacional boliviano.
"Conforme pasaba el tiempo, fue creciendo el mercado, sobre todo en La Paz, y compramos maquinaria para ajustarnos a las exigencias", señala Francisco Gonzales, gerente de la empresa que emplea a 70 obreros y bordea los 700.000 dólares de ventas por año.
Es una empresa familiar que ha pasado de producir bombones y chocolatines caseros, en 1960, a una pequeña fábrica con un nicho en el mercado nacional boliviano.
"Conforme pasaba el tiempo, fue creciendo el mercado, sobre todo en La Paz, y compramos maquinaria para ajustarnos a las exigencias", señala Francisco Gonzales, gerente de la empresa que emplea a 70 obreros y bordea los 700.000 dólares de ventas por año.
El directivo resalta el apoyo recibido de Suiza, refiriéndose al último de los expertos que mediante la fundación Swisscontact llegó el año pasado para transmitirles sus conocimientos en manejo administrativo y mejoramiento de la calidad del chocolate.
Claro, Bernrain AG y Swisscontact conservan así el puente de comercio justo para favorecer a quienes en Bolivia producen la pepita de cacao que nos permite saborear la 'Comida de los dioses', respetando el comercio justo y el medioambiente.
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foto: El Surco
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