El comercio justo funciona en Cataluña y Madrid
Las ventas crecen cada año. Son las únicas comunidades que desde 2000 mantienen un incremento constante en la venta de este tipo de productos, rozando el 20% anual.
Catalanes y madrileños se han subido al carro del comercio justo. En los últimos ocho años, desde que entramos en el nuevo milenio, las ventas de los productos de este tipo de comercio en estas dos comunidades han crecido a un ritmo del 20% de media anual. Cada año son más los ciudadanos de estas regiones concienciadas con un intercambio justo, aunque la situación económica de estos últimos meses muestra un pequeño retroceso en este negocio. Las ventas funcionan en estas comunidades especialmente por el influjo de sus grandes capitales. "Este es un movimiento que cala más en las grandes urbes", sentencia Cristina Xalma, doctora en Economía Internacional y autora de la parte cuantitativa del estudio El comercio justo en España 2008, realizado por Setem, federación de ONG. Estos productos tienen más cabida en las grandes capitales por la actitud de sus habitantes, "por su dinámica de vida" matiza Xalma. Este género se presentan para estos ciudadanos como una "alternativa al consumo", continúa. Pero no sólo la actuación ciudadana es importante, también la de las administraciones publicas, en opinión de esta economista. Influencia pública
En Madrid y en Cataluña los gobiernos autonómicos y locales están haciendo un gran esfuerzo por introducir los productos de comercio justo en la vida cotidiana. "No sólo con campañas sino con actos concretos, con compra pública de productos", explica Xalma. "En Barcelona, por ejemplo, las máquinas de vending de las universidades públicas tienen productos de comercio justo", indica la economista, "de forma que el comercio se ve favorecido por las compras de los estudiantes". Los centros cívicos o incluso los locales de la Guardia Urbana de Barcelona también forman parte de la red de consumo público de comercio justo. Los gobiernos madrileños también intentan aportar algo a este movimiento, si bien Xalma indica que la influencia de la Generalitat es mucho más destacada. En el ayuntamiento de Madrid el año pasado se aprobó una resolución favorable para impulsar este tipo de productos. Gracias a eso, y entre otras acciones, ahora los catering municipales incorporan café, pastas, té y azúcar de comercio justo. La influencia de las administraciones públicas, con gestos como éstos, influyen de manera decisiva en el aumento de las ventas, pero el estudio indica que aún es necesario trabajar sobre las conciencias ciudadanas.
En Madrid y en Cataluña los gobiernos autonómicos y locales están haciendo un gran esfuerzo por introducir los productos de comercio justo en la vida cotidiana. "No sólo con campañas sino con actos concretos, con compra pública de productos", explica Xalma. "En Barcelona, por ejemplo, las máquinas de vending de las universidades públicas tienen productos de comercio justo", indica la economista, "de forma que el comercio se ve favorecido por las compras de los estudiantes". Los centros cívicos o incluso los locales de la Guardia Urbana de Barcelona también forman parte de la red de consumo público de comercio justo. Los gobiernos madrileños también intentan aportar algo a este movimiento, si bien Xalma indica que la influencia de la Generalitat es mucho más destacada. En el ayuntamiento de Madrid el año pasado se aprobó una resolución favorable para impulsar este tipo de productos. Gracias a eso, y entre otras acciones, ahora los catering municipales incorporan café, pastas, té y azúcar de comercio justo. La influencia de las administraciones públicas, con gestos como éstos, influyen de manera decisiva en el aumento de las ventas, pero el estudio indica que aún es necesario trabajar sobre las conciencias ciudadanas.
Aunque sería preferible que no se durmieran y autocomplacieran por los deberes bien hechos, lo cierto es que madrileños y catalanes pueden sentirse satisfechos por su actitud. Más del 50% de las ventas de los productos de comercio justo realizadas en España corresponden a estas dos comunidades: Cataluña tiene el 29,1% de la cuota de mercado y Madrid el 22%. Pero el gasto de los consumidores, muy por encima de la media nacional (361 euros), puede considerarse aún muy bajo. Los catalanes realizan un gasto medio de 659 euros por cada 1.000 habitantes y los madrileños 600, cifras muy lejanas a los casi 5.000 que dedican los holandeses. En Cataluña hay 38 tiendas especializadas en comercio justo, 29 de ellas en Barcelona. Según el estudio, más del 70% de las ventas de estos productos se realizan en estos puntos. En cuanto al tipo de producto, el 55% corresponden a alimentos y el 40% a productos artesanales. En Madrid, según los datos del ayuntamiento, hay 123 puntos de venta.
fuente: Alertas de Noticias Google de Comercio Justo - gaceta.es
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