CAMPAÑA DERECHO A LA ALIMENTACIÓN

"ALIMENTARSE" no es ir al supermercado, comprar alimentos y luego comerla en casa, o ir a un restaurante, pedir un menú y degustarlo allí mismo, eso es hacer una simplificación muy básica, que haría un niño  7 años con una gran sonrisa de satisfacción.

Pero si atendemos a que es una de las necesidades básicas de los seres humanos y tenemos en cuenta que más de 1000 millones de personas no tiene acceso a la alimentación entonces nos damos cuenta que detrás de esa acción hay mucho más...

"ALIMENTARSE" es algo que mucho más complejo donde toman protagonismo todo lo que que se hace (políticas, acuerdos internacionales, derechos, comercio) referente a la seguridad alimentaria, los precios de los alimentos, la sobreranía alimentaria, las crisis alimentarias, las cosechas...

Pero ¿Qué es derecho a la alimentación?

El derecho a la alimentación es el derecho a tener acceso, individual o colectivamente, de manera regular y permanente, a una alimentación cuantitativa y cualitativamente adecuada y suficiente, y a los medios necesarios para producirla, de forma que se corresponda con las tradiciones culturales de cada población y que garantice una vida física y psíquica satisfactoria y digna

¿Cuál es el contenido del derecho a la alimentación?

Según se recoge en la Observación general 12 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas, los elementos constitutivos del derecho a la alimentación son:

Alimentación suficiente: aquella que aporta una combinación de productos nutritivos suficiente para satisfacer las necesidades fisiológicas humanas (crecimiento físico y mental, desarrollo, mantenimiento, actividad física) en todas las etapas del ciclo vital, y según el sexo y la ocupación.

Adecuación: los alimentos o regímenes de alimentación disponibles para satisfacer el derecho a la alimentación deben ser adecuados para las condiciones sociales, económicas, culturales, climáticas, ecológicas y de otro tipo imperantes en un espacio y en un tiempo determinado.

Sostenibilidad: posibilidad de acceso a los alimentos por parte de las generaciones presentes y futuras.

Inocuidad: los alimentos deben carecer de sustancias nocivas, para lo cual debe establecerse una gama de medidas de protección tanto por medios públicos como privados para evitar la contaminación de los productos alimenticios debido a la adulteración y/o la mala higiene ambiental o la manipulación incorrecta en distintas etapas de la cadena alimentaria.

Respeto a las culturas: los alimentos deben ser aceptables para una cultura o unos consumidores determinados, por lo que hay que tener también en cuenta, en la medida de lo posible, los valores no relacionados con la nutrición que se asocian a los alimentos y el consumo de alimentos, así como las preocupaciones fundamentadas de los consumidores acerca de la naturaleza de los alimentos disponibles.

Disponibilidad: posibilidades que tiene el individuo de alimentarse ya sea directamente, explotando la tierra productiva u otras fuentes naturales de alimentos, o mediante sistemas de distribución, elaboración y de comercialización que funcionen adecuadamente y que puedan trasladar los alimentos desde el lugar de producción a donde sea necesario según la demanda.

Accesibilidad económica: implica que los costos financieros personales o familiares asociados con la adquisición de los alimentos necesarios para un régimen de alimentación adecuado deben estar a un nivel tal que no se vean amenazados o en peligro la provisión y la satisfacción de otras necesidades básicas.

Accesibilidad física: implica que los alimentos adecuados deben ser accesibles a todos en todo momento y circunstancia.


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